Capítulo 13: Locamente enamorado

- ¡No sabes lo feliz que me hace verte!... ha pasado mucho tiempo… - Naruto había permaneció junto al extraño sujeto toda la tarde, ahora comenzaba a oscurecer.

- Si… vaya que sí… ¡Hoooo! Cierto, cierto, cierto por poco lo olvido – Jiraya en medio de su alebreste se giro hacia sus pertenencias de dónde sacó un pequeño paquete – regresé a la punta norte… - Naruto pareció alarmarse por el comentario – solo para ver los restos, quería asegurarme de que todo había terminado y… en fin, esto es tuyo – Jiraya ofreció el paquete a Naruto, ahora con tono serio y la crudeza en sus miradas – anda, tómalo. – Naruto recibió el paquete y con sus manos temblorosas lo abrió y no respiro hasta no estar seguro de lo que era. Una vez hubo retirado toda envoltura, su semblante se quebró, completamente, sus espalda se doblo hasta que su rostro choco con sus rodillas, su respiración se agito tanto, parecía que colapsaría. Sasuke se mantuvo incrédulo hasta que un grito ahogado le alertó.

- ¡Haaaaaaaaaaaa! – El llanto de Naruto se torno tan desgarrador que dejo a Sasuke, sin alma.

- Quizá no debí…

- ¡No!... está bien… - sus lagrimas no le permitían dilucidar, al igual que su dolor y su respiración, le asfixiaba – yo… no, no debí reaccionar así.

- Pero… Naruto.

- Las cosas han cambiado… ¿no?

- Si, han cambiado…

- ¡Entonces! – de un brinco Naruto se levantó airoso, como si hubiese ganado la guerra, con una sonrisa que hizo que Jiraya se sintiera orgulloso - ¡Acabemos con esto! – Naruto tenso entre sus manos el contenido del paquete, (un trapo desgarrado y viejo, cuyo color era indefinible por su suciedad) y le rasgo completamente, le hizo pedazos, y con una sonrisa perturbadora en el rostro, comenzó a lanzar los restos al lago, puño a puño, como si su vida dependiera de enviarles lejos - ¿¡Con que no valgo nada!? ¿¡He!? ¡Por supuesto que no! ¡Me oyen! ¡Me oyen! – Naruto gritaba enérgico al rio, mirando fijamente el horizonte, esperando le escuchasen, solo con el rastro de lo que algún día fue una prenda cediendo ante la humedad del lago - ¡¿quién es el que no vale nada ahora?! ¡¿quién?! – Naruto cayó de sentón a su asiento, parecía que su fuerza había cedido, como si no supiera lo que hacía, ahora se encontraba afónico y desconcertado, ahora se encontraba con el corazón vacio. - ¿Quién… qué… - sus lagrimas, su perturbación, el estar perdido y desamparado, sólo, mirando a un viejo amigo y preguntándole, solo… esperando una respuesta.
- No lo sé… pero en definitiva, tu no, tu no Naruto. – después de presenciar algo tan doloroso, Jiraya le levantó del frio suelo y le hizo a su brazos – Tu no Naruto – Naruto cedió al cansancio, su temple destrozado no le permitía sostenerse e impulsado por Jiraya partió de regreso a casa.

Después de ser escenario de semejante acontecimiento, el lago se vio abandonado por su resídete habitual, solo le quedo de compañía un alma en pena y convaleciente, cuyo extraño cantar repleto de lamento y doloridas respiraciones se dejaba oír a las cortezas de los arboles, cuyo llanto, no sería presenciado jamás. Al oírle, al verle, al no saber, al no poder… ayudar, un débil Sasuke lloraba, lloraba como no había llorado nunca, por un ser al que ahora sabía, ni siquiera conocía.






- Todo estará bien, al menos tengo fe en eso – Iruka conversaba con Jiraya al pie del nicho del rubio polluelo que retozaba tranquilamente, dueño de un sueño imperturbable.

- Es bueno tener fe, por lo menos ahora, que no hay más que podamos hacer.

- Si… yo, le tengo fe a Naruto – Se desplazaron conversando como dos viejos amigos a lo largo de la choza hasta dar con el “comedor”.

- Haaa… que alivio verles bien, he vivido intrigado todos estos años por su seguridad, pero por como lo veo, están muy bien.

- Je… Jiraya-san, me permite hacerle una pregunta.

- Pero, por supuesto…

- El que usted esté aquí ¿significa que debo alertarme? – Iruka se mostraba severo… que pasaría ahora.

- Tenía la esperanza de que no lo preguntaras… pero, creo que ocultarlo y sobre todo a ti, no le haría bien a nadie.

- ¿Qué es lo que debo saber? ¿Qué sucederá ahora?

- Lamento mucho lo que te diré, pero, tengo que ser portador de tan malas noticias… Recorrí el país entero buscándole y lo encontré… la guerra aún no ha terminado.

- ¡¿Qué?! ¡Pero se supone, su majestad y las tropas!

- No es más que un receso, lo peor está por venir…

- ¡¿Qué?! ¿¡Qué será de Naruto ahora?!

- Por donde lo veo… esconderlo ahora será inútil, ya no hay forma de evitarlo…

- ¡Pero! ¡Es un niño solamente! ¡Ellos, ellos no pueden hacerle esto…!

- Ellos tienen mucho más derecho que nosotros… lo que suceda, de ahora en adelante, será su elección.




La mañana demostró a sus primeras horas, ser portadora del frio briznar del otoño, pronto los arboles cederían ante él, abriendo paso al más blanco y tempestuoso de los tiempos… ¿se iniciaría por fin un año sin guerras?

El día le llegó a Naruto más crudo de lo que imaginaba, era como si sus fuerzas no hubieses regresado, más bien parecía que permanecería cansada y desalentabas, necesitaba aire, necesitaba escapar.

- Buenos días Naruto. Anda a acicalarte que es muy tarde ya. – Iruka alistaba todo para partir al palacio Uchiha, usaba a tan tempranas horas su estricto uniforme negro y preparaba animoso el desayuno.

- El sol ni siquiera ha salido – Naruto andaba con una camisa grande como piyama y sus cabellos alborotados aún más que de costumbre, tallándose los parpados sin cesar y titiritando por el inesperado frio.

- Eso es porque el día amaneció nublado, pero es muy tarde ya…

- Mmm… para variar. – extrañamente ambos amanecieron de buen humor y la picardía en sus comentarios les hacia sonreír casi sin triscar.

- Naruto… - justo cuando partía a alistarse, Iruka le nombro perturbado, abochornado, como deseando no decir…

- ¿Qué?

- Yo… bueno, ham… hay algo, que me gustaría preguntarte.

- ¿mm?… ¿qué es?

- Bueno, veras… he observado, bueno, últimamente… en pocas palabras… mmm… quería saber si a ti, a ti te gusta, ¿te gusta… Sasuke…? – Naruto se cubrió de bochorno, contrario a lo que Iruka esperaba, pues creía que le gritaría y haría comentarios como “¿Cómo se te ocurre?” “eso nunca” “ni muerto”, etc.

- Creo… creo que, es probable, digo… no sé,… yo…

- Ham… - Iruka suspiró resignado – no he podido evitar notar cómo le miras y… quiero que sepas, que lo apruebo.

- ¡¿q- qu- qué?! – Naruto estaba que se moría de vergüenza.

- Creo que Sasuke-sama es un buen muchacho y, no sé que haya pasado hasta ahora entre ustedes…

- ¡No ha pasado nada, nada, absolutamente nada…!

- Pero, Naruto… - Iruka tomó del hombro a Naruto y mirándole fijamente – quiero que me prometas, que si sientes que él, o quién sea, puede hacerte feliz, no lo pienses dos veces. Quiero que me prometas que velaras por tu felicidad antes que por la de cualquier otro, incluso sobre la mía. Si de mi vida dependiese tu felicidad, la daría sin pensarlo, ¿eres consciente de ello, verdad?

- H-hai – Naruto ya no sabía si llorar o sentirse complacido.

- ¿Me lo prometes Naruto? ¿Me prometes que buscaras tu felicidad sobre cualquier cosa?

- Ha- Hai, te lo prometo sensei







- ¡Sasuke! He estado buscándote toda la noche, me tenias preocupado… - Shikamaru había encontrado a Sasuke a las afueras del pueblo, estaba desencajado pávido y se veía a primera vista, confundido. Al no obtener respuesta, continuó cuestionando, esta vez más calmado - ¿En dónde estabas? ¿A dónde fuiste? ¿Qué sucedió?

- Me… me duele.

- ¿Qué?

- Todo… ya… no se qué hacer.

- Tranquilízate, cuéntame, ¿Qué sucedió? – Shikamaru había sido compañero de batalla de Sasuke, en diversas ocasiones se vieron acorralados en precarias situaciones, la necesidad de formar lazos de comfianza entre ellos los hizo con el tiempo algo más que compañeros, sin llegar a ser migos; siendo así Sasukel le narró lo sucedido, solo nombrándole lo referente a su relación con el rubio, omitiendo estrictamente todo lo demás – no lo pienses más.

- ¿Qué cosa?

- Si, vacilas demasiado, si no se lo dices ¿cómo lo sabrá?

- ¿Qué?

- Que estas enamorado de él… - se hizo el silencio, esa palabra, era todo lo que Sasuke necesitaba escuchar, “enamorado”, “estoy… enamorado, locamente enamorado”.




La tarde abordó la mansión sin consideración alguna; no se había suscitado acontecimiento alguno fuera de lo común, hasta que….

-¡Naruto!- Sasuke abordó al rubio camino al despacho del cabezal de la familia...

-Sasuke… - Al verle Naruto no pudo evitar recordar lo sucedido aquella mañana; buscaría su felicidad y lo que sentía por el moreno no le pasaba desapercibido, solo de pensarlo se abochornó hasta las orejas.

-¿A dónde vas?... ¿Vas a verle verdad?...

-Pero que pregunta… - Naruto prestó oídos sordos al cuestionamiento de Sasuke, su presencia ahora le era incomoda y más si solo se le acercaba para preguntarle sobre su padre; pues creía que Sasuke se sentía celoso del tiempo que pasaba con el señor Uchiha, celos de hijo a padre…

Se dio media vuelta con su respectiva molestia, mas no esperaba ser interceptado por una mano aberrante que no le dejaba marchar.

-Y si te lo prohíbo… - Naruto quedó paralizado ante el comentario -¿Qué harás? ¿A quién obedecerás?

-¿Qué te volviste loco?- Naruto trataba de zafarse, estar tan cerca de él le mareaba y escuchar semejante orden casi le hace caer… Le hizo creer ahora, que no era más que otro brote de arrogancia.

Debido al zangoloteo que se ocasionó por la resistencia del rubio, Sasuke le propinó un jalón lo suficientemente fuerte como para hacerlos chocar, para evitar que escapara… tras el golpe Naruto busco sus negros ojos, y los encontró a escasos centímetros de su rostro, a su brazos rodeándole vehementes y a sus labios a un paso de topar con los suyos…

-¿A quién le serás fiel Naruto, a mi padre, o a mi?...

Naruto no hallaba por donde escapar, el pensamiento de tener una relación con Sasuke venia rondando sobre su cabeza toda la mañana y ahora que le pedía fidelidad, que le abrasaba… no sabía que pensar, con Sasuke nunca sabia que creer.

-¡No estoy para jueguitos tontos Sasuke! – de un empujón logró librarse del agarre y dirigió a Sasuke una severa mirada acompañada de un bochorno que simplemente no podía disimular…

-¡No es un juego!

-¿En serio? No lo parece… - Naruto reiniciaba su pasmosa retirada…

-Naruto…- una pausa… después… el rotundo silencio… la forma en la que le hablaba ahora era convaleciente, patética, suplicante… tímida.

-¿Qué…? – Naruto no pudo ignorar semejante llamada… algo se le removía por dentro, se hartó rápidamente de esperar la continuación de aquella suplica… necesitaba escuchar…

-Yo… no sé cómo, pero,… me enamore…- Naruto volvió el rostro inconscientemente, busco sin pensarlo la cara de Sasuke, solo para darse cuenta de que no podía admirarla, el azabache y oscuro cabello de Sasuke no se lo permitía, por primera y única vez odio ese cabello que solo concedía sus ojos un par de mejillas sonrojadas al rojo vivo, de un color tan intenso y brillante de opacaba al limite la blanquecina piel del Uchiha…

-¿Sasuke..?- La bestial necesidad de retirar los cabellos del blanco rostro le hicieron dar un par de pasos hacia él, ahora era él quién demandaba una peligrosa cercanía y Sasuke quién no podía soportarla…

Naruto se inclinaba bajo, tratando a toda costa de captar aquellos ojos que se le ocultaban, justo cuando pudo diferir entre las sombras del cabello y los ojos oscuros, Sasuke los cerró potente e inhaló con toda su fuerza tratando de no ahogarse con sus palabras…


-Te amo… - en un potente suspiro… Dejó vaciar sus pulmones y mostrando sólo los restos de su perfil al joven rubio tratando de ocultar su bochorno, acto inútil pues sus orejas le delataban, continúo... –Me enamoré de ti y… sé que no te conozco ni entiendo mucho de tu posición, pero… - no se comportó como el mejor con las palabras, estaba nervioso y de por si no le era fácil expresarse. Naruto pensó en un palpitar que Sasuke jamás había pronunciado dichas palabras, para él eran como un tabú lleno de vulnerabilidad y demencia, y así se encontraba, vulnerable y demente, sin saber que más decir, esperando solo una burla, un abrazo, o quizás…

-Sasuke… - esté respondió con un hum, su vergüenza no le permitía volver la mirada… -¿Cómo pretendes besarme si me das la espalda? – Sasuke no creyó entender correctamente y volvió el rostro sin pensarlo… Un beso le hizo presa, un beso tierno, nada más que un roce inesperado…

-A mi… también me gustas ¡teme! – No era la respuesta que esperada, pero vendita sea… no pudo ser mejor. Y ahora libre de la pena de la confesión, Sasuke apreso al rubiales con sus brazos, tomando la nuca con una mano y la cintura con la otra, le atrajo hasta hacerse de sus labios nuevamente, probando rigurosamente su contorno, su sabor y su textura, quedándose con ganas de más, pues no quería conmocionar al rubio con tantas nuevas experiencias, eso lo haría día tras día, pues ahora habiendo probado esos labios, no habría nada más estimulante y codiciado que esta nueva droga.

Naruto no supo literalmente que le golpeo, el momento más apasionante de su vida se había suscitado sin previo aviso, ansiaba sentirlo todo, saborearlo todo y probarlo todo, deseaba hacer del amor un mundo completamente suyo, como lo hacía con cada aspecto de su vida, una nueva aventura le abría las puertas y él se disponía a osarse en esta nueva travesía con el corazón en la mano y quizás con un nuevo corazón junto a su pecho, deseaba hacer de Sasuke, un ser completamente suyo.




-Claro señor- Naruto terminaba su sesión obligatoria con el líder Uchiha, y contrario a lo que esperaba, lo dado recientemente con Sasuke no le impidió comportarse ordinariamente frente a su “suegro”, al parecer el calor en su corazón le obligaba a responder a todo cordialmente con una gran sonrisa de pilón y una tranquilidad que hacía mucho que no sentía.

-Bien muchacho, me alegra ese ánimo, anda a cumplir con tus labores… - el muchacho partía y…- Naruto, espera… hazme el favor de traerme otra taza de café antes de seguir con tus tareas…

-Será un placer, señor… - Naruto salió del despacho y justo hubo serrado la puerta; un par de brazos le poseyeron y unos labios le quitaron todo gesto del rostro, Sasuke no podía esperar un segundo más para besarle, lo dejó partir poco más de una hora y ya agonizaba sin su aroma… al esperarle casi tocaba la sima de la locura con sus cabellos de punta, la desesperación lo hacia su presa ante su invalides, y el no poder arrebatarle a Naruto a su padre era la mayor de sus discapacidades…

-Sasuke… ¿Qué pretendes? Es peligroso, alguien podría vernos…

-Me alegraría…

-Deja de comportarte como un niño- curiosamente el comparativo le hizo pensar a Sasuke que estaba convirtiéndose en su rubio y Naruto en él, por alguna razón, la idea apestaba; no existía prueba mayor de que él mismo no se toleraba.

-¿A dónde vas?

-A la cocina, debo traerle el café a tu padre…

-¿Por qué?

-Deja de hacer preguntas tontas Sasuke, es mi trabajo…

-Pues tendré que despedirte…

-Ja…ja, muero de risa… (Sarcasmo)

-Hablo en serio… Te despediré…

-¡No!

-¡Sí!

-¡No!

-¡Sí!

-¡Que no!

-¡Que sí! La discusión continúo a lo largo de toda la casa hasta llegar a la cocina, pues Naruto le cerró la puerta a Sasuke en la cara…

-¡Oye la cocina también forma parte de mi casa!

-¡El acceso es solo para personal autorizado, ¿qué no sabes leer?!

-¡¿Qué cosa?! – Naruto pego un letrero (solo personal autorizado) en la puerta de la cocina velozmente para que Sasuke no pudiera entrar…-¡No te hagas el gracioso! ¡¿De dónde demonios sacaste el letrero?!

-Jajajajajaja… - Naruto moría de risa, el estómago le dolía de tanto reír, se retorcía en el piso de la cocina recargado en la puerta con un Sasuke tratando de derribarla brutalmente; la risa se detuvo cuando al mirar dentro se topo con un sinfín de miradas acusadoras de las empleadas de cocina, ellas conocían de sobra el temperamento intolerante del rubio y tras el incidente que dejo a Sasuke tuerto, le señalaron y le adjudicaron odio al joven Uchiha. Ahora se burlaba de él sínicamente y le restringía la libertan en su propia casa. Naruto se dejó decaer rápidamente, odiaba que las personas le miraran con desprecio… ese era su punto débil, y ante su vulnerabilidad y la pérdida de fuerza en su piernas Sasuke logró entrar empujando la puerta y de paso al rubio, quien le miro desconsolado desde el piso.

Sasuke al verle y darse cuenta de las miradas se dirigió hacia las empleadas con bastante demanda:
-Les prohíbo le miren de ese modo nuevamente, no quisiera tener que despedirlas por ceguera…

Las empleadas quedaron mudas, jamás imaginaron semejante castigo a una sencilla acusación, si bien, no esperaban un premio al señalarle que no fuera el de castigar al rubio por su impertinencia…

-¿Tienes el café?

Con toda la conmoción Naruto había olvidado sus labores…

-No…

-Anda por él, llévaselo a mi padre, y no demores… te espero en mi habitación.

-Si…- Naruto no tuvo opción de réplica, ante él se mostro el Sasuke más aterrador que haya visto antes, pero también el que más odiaba y por qué no, el que más le excitaba.
 
 

1 comentario :

Sora Tapia dijo...

Como me ha encantado el capitulo. Me intriga mucho el pedazo de tela que Naruto rompio, me viene a la cabeza lo que Itachi dijo de que Naru se parecia a una joven, se relacionara???.
Que mala noticia le habra dicho Jiraiya a Iruka??
Adore la confesión de Sasuke, muy a su estilo XD.
saludos ^^

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