Capítulo 21: Los amores de la reina

Daba la mañana con un panorama desolador… en el cielo ni un solo rayo de luz… las nubes decoraban el horizonte con tonos grisáceos y violetas… desvaneciéndose, dejándose caer al terroso suelo cubriéndole con su blanco frió, marcando el inicio del tan indeseado invierno… dándole fin a un ciclo que parecía ser eterno y proporcionando cabida al comienzo de uno nuevo… había llegado la primer nevada del invierno.

Naruto despertaba… más por inercia y hambre, que por ansias, como lo hacia hace tan poco… Enmarcaron sus ojos al abrirse las paredes pulidas, su conciencia aún no se hallaba presente, y pese a eso, había despertado. Entre el más consolador de sus sueños imaginaba que todo lo sucedido la noche anterior no había sido más que una cruda pesadilla, pero el olor perfumado y la suavidad indescriptible de las sedosas sabanas que le envolvían le devolvieron a su vana realidad, su calida, lujosa y horrorosa realidad.



-Buenos días alteza… - ¿Qué era esto? Una presencia, femenina y grácil le daba los buenos días… ¿Qué había pasado? ¿Qué era del frió matinal tormentoso? ¿Qué era de ese dolor de espalda… del crispar de sus huesos?... ¿Qué había sido de Iruka…?!!! Al recapitular el rubio se irguió presuroso… el calor de su abrigo le había hecho sudar, dejando la fiebre en el camino…

-¿Quién es usted…? – la mujer dejo de lado las cortinas que anudaba y aunque un poco alarmada, asentó tranquila, se mantuvo serena, e hizo una leve reverencia de lo más respetuosa…

-Mi nombre es Ten-Ten, soy ayudante en la cocina y le he traído el desayuno alteza…

-¿Alteza…? – la joven quedo pasmada, no sabia que decir… Naruto al dar cuenta de su desacierto solo atino a sujetar su cabeza, todo le daba vueltas…

-No se alarme… debe tener hambre, ¿porqué no come algo? Igual y le sienta bien… - Ten-Ten no estaba muy enterada de la situación, más no se necesitaba ser un genio o estar informado para darse cuenta de que el joven rubio entendía menos que ella. Naruto levanto su mirada al percatarse de que la joven se abría espacio en su cama para poner a su alcance una charola de plata repleta de alimentos, fruta, pan, leche, jugo y carne, ¡Todo un festín! Pensó, y recalco entonces en el vació de su estómago… hacia tiempo que no probaba bocado.

-Todo… todo esto es para mi? – el rubial levanto la mirada hacia la muchacha, cuestionándola con un gesto infantil, semejante a la de un niño entusiasmado… eso era tan… inusual.

-Por supuesto alteza… - la moza quedo perpleja, el príncipe era indiscutiblemente hermoso, irradiaba inocencia y brillaba pese a la ausencia de luz… de momento se sintió motivada, nunca en su vida pensó estar agradecida de servir a un noble, tal como lo estaba ahora – puede disponer de todo cuanto este a la vista. – Ten-Ten dejo de lleno la charola y dispuso a marcharse - Con su permiso, iré a ver que se le prepare un baño caliente. – la muchacha abrió las enormes puertas y cuando comenzaba a cerrarlas…

-¡Ten-Ten! – el rubio le llamaba.

-Diga alteza…

-Gracias… - este último gesto del joven príncipe la hizo enrojecer, pues su sonrisa era en exceso empalagosa.

-No hay de que majestad… - las puertas se cerraron.







Esta mañana, fuera de lo acostumbrado, se le encomendó a Shikamaru hacer el reconocimiento de los alrededores de palacio, labor que normalmente lleva acabo Sai, más en su ausencia, el estratega y por ende más perezoso de los soldados tubo que madrugar. Subió al aviarlo con gotas de sueño en el lagrimal, recorrió a ojo entrecerrado los alrededores, todo tranquilo, todo tranquilo, todo tranquilo. La densa niebla no le permitía ver bien y su pereza le rehusaba andar a pie por todo el rededor, más para su sorpresa algo llamó su atención… un punto negro y andante que se marcaba no lejos del horizonte, un corcel, un corcel negro y prominente que de sobra conocía - ¡Hea! Sasuke, ha que no me he equivocado… estaba seguro de que eras tu… - así que impulsado por la curiosidad, se anduvo pesadamente (de bostezo en bostezo) hasta la entrada a palacio, una inmensa puerta levadiza y del otro lado de la muralla que rodea palacio se encontró con un aparentemente extraviado marques…



-¿Cómo supiste que estaba aquí? – Sasuke dejó de lado su ensimismamiento para mirarle incauto.

-Te ha delatado el caballo… - Shikamaru señaló a Chidori que pastaba en los extensos campos que rodeaban el castillo. Y se sentó a un lado de Sasuke, en un borde de la muralla que hacia perfecto de asiento para guardias y veladores – ¿También te has perdido…?

-¿También? – Sasuke apremio la pregunta de Shikamaru como fuera de contexto…

-Si… el día de ayer me he encontrado a Naruto… - Sasuke reaccionó ante este comentario y Shikamaru... complacido dejo escapar una sonrisa – estaba perdido en palacio… ¿Sabes algo de eso?

-…. – Sasuke calladamente acento.

-Y… ¿Qué piensas?

-¿Qué he de pensar? Si no lo entiendo…

-Ya veo… pero, debo admitir que me tomas por sorpresa. Conociéndote esperaba derrumbaras la puerta y entraras con todo intentando llevarte al ahora príncipe… - Sasuke se rió entre dientes.

-Me sorprendió que la puerta permaneciera abierta… - El Uchiha había topado con la muralla hacia horas… vio el amanecer recargado en ese muro y recibió la primer nevada del invierno con nostalgia y ropas ligeras.

-Actualmente siempre esta abierta… es una forma de decirle al pueblo que estamos en paz.

-Ya veo… no se te va una ¿no?

-Ni una sola, así que no evadas el tema, no funcionara…

-¿Desde cuando lo sabes?

-Desde que te descubrí siguiéndolo… Nunca te había visto expresión tan baba…

-Supongo que olvide considerar que vivían muy cerca…

-Desde luego, me has subestimado. No olvides que soy tu contención, he aprendido como te mueves…

-Espero que no tengamos que enfrentarnos, me llevas ventaja…

-¿Qué has estado esperando?, ¿Una invitación…? La puerta esta abierta, solo entra, cuélate a su aposento y… bueno, te dejare el resto…

-No tiene caso…

-¿Qué? Pensé que estaban enamorados…

-Él no me ama…

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Solo lo sé… no preguntes…

-Jamás pensé que lo diría, pero resultaste todo un cobarde… - Sasuke que contemplaba la densa niebla le miro entonces con el gesto fruncido – Escucha… no sé nada de lo que ha pasado entre ustedes dos, pero al menos me consta que Naruto no te es indiferente, se le notaba en la sonrisa que le hacia feliz verte. Y quizás no estés enterado, pero Naruto no es que se diga una persona del todo conciente de sus sentimientos, es bastante torpe, la única emoción que reconoce es el desprecio. Cuando alguien le mira con desagrado es notable su dolor, lo familiar que le es ese sentir… te aseguro que le es desconocido ese amor… y que le ha hecho falta. – Sasuke le escuchaba atento, con la mirada baja y su espada rechinando al girar la punta contra el piso. Shikamaru detuvo su relato y le encaro – sobra decirte que deambulo por todo palacio con el alma en un hilo, se sentó en la maleza y lloró hasta que se quedo dormido…



(Crach)



Al escuchar esto último Sasuke se puso de pie bruscamente arrojando su espada e intento con desesperación golpear algo… lo que fuese.

- Ese… ¡Hijo de perra! ¡Voy a matarlo!

- ¡He! Sosiéguese… valla problema. Y yo que creí que te habías rendido, te digo que derrama algunas lagrimas y te pones como fiera enjaulada… pues, dime quien tiene la culpa de todo esto y con gusto ayudare en el homicidio.

- Iruka…

- Wow… debes estar bromeando…

- ¡Claro que no! ¡Ese maldito le ha secuestrado! ¡Todo esto es culpa suya!

- Oye… no dejes que el celo te nuble la vista, pues estas viendo con ojos que no son los tuyos. Iruka-san no es aquí sino más que otra victima de las circunstancias…

- ¿Cómo así?

- Le conozco, ¿deacuerdo?… y no es un hombre ambicioso. Por lo menos no uno que este dispuesto a subyugar a otros por lujos y riquezas, de poder elegir, estoy seguro de que le evitaría esta pena a Naruto…

- ¿Entonces, que sugieres…?

- Mis padres me comentaron en una ocasión… que a Minato-sama le gustaba frecuentar a los Umino, me dijeron que pese a ser una persona de inmejorable posición, gustaba de pasar tiempo con gente humilde. Imagino que desde entonces ya existía un vínculo, no me están claras las razones, pero de cualquier forma algo es seguro. El rey no dejaría a su hijo en manos de alguien capaz de hacerle daño.

- Eso no tiene sentido… ¿Por qué no dárselo a Tsunade?

- Esa es la pregunta que todos nos hacemos… sin embargo, aunque hubiese un resentimiento entre el hijo y la madre, tengo mis razones para creer que aún hay algo más… algo que justificaría la ausencia de Naruto estos últimos años…

- ¿No lo sabes? – Sasuke recordó entonces al extraño sujeto del lago y ese terrible llanto ¿¡Qué demonios pasaba!?

- No, cada vez que le cuestione al respecto, me dejaba en las mismas…

- ¡Maldita sea! – justo cuando creía haber avanzado un paso hacia Naruto, caía en cuenta de que había retrocedido dos más…

- Oye… eso no es lo importante ahora… semejante problema… en lo que deberías de preocuparte por el momento, es en que Naruto necesita de un apoyo emocional, alguien que le sostenga y le ayude a deshacer los nudos que tiene que deshilar…

- No creo que sea el mejor momento para tener un amante… - a Shikamaru se le taparon los oídos al escuchar tal palabra, así que tubo que agitar su cabeza y hacer como que no lo había escuchado…

- Tienes razón… ¿pero que tal un amigo? – el azabache giro a verlo con gesto de irreverencia y desagrado.

- Yo no quiero ser su amigo…

- Que problemático… - ahora si se daba de topes con el Uchiha – no se supone que lo más importante es que la persona que amas se encuentre bien… valla que eres egoísta Uchiha… deberías dejar eso de lado, que más da ser su amigo… al menos así le tendrás cerca o ¿no? – Sasuke parecía alumbrado por el comentario – y de paso puedes esperar a que caiga en cuenta de sus emociones… estando lejos de él no lo conseguirás.

Sasuke dejo escapar una risa santurrona, se reía de si mismo por ser tan entupido, por, efectivamente, haber resultado un cobarde.

(Fiuu)

Llamo de un silbido a su caballo, que en un par de zancadas le alcanzó dispuesto. Sasuke le monto de una sola con gran ligereza, su animo le daba hasta para correr repleto de impaciencia.

-¡Hey Shikamaru! – el somnoliento vigía solo le miraba con indiferencia ante su repentino arranque de energía - ¡Eres más sabio o estas más loco de lo que imaginaba!, ¡pero! ¡Ten por seguro que algun día serás mi consejero!

-Si como no… - ahora si, el comentario de Sasuke le había arrancado una risa santurrona.

-¡Hea! – y Chidori se hizo a la marcha cruzando el sendero hacia palacio, haciendo resonar sus pesuñas con el crujir de la madera.



 



-Se ve tensa majestad… ¿No ha dormido bien?

-No es eso… - en efecto, la reina no pudo conciliar el sueño esa noche, la inquietud le mantuvo despierta y esta mañana, después de tomar su acostumbrado baño, el seño fruncido aún no abandonaba su rostro.

-No debería preocuparse alteza,… todo mejorara y de ser honesta, tener al joven amo en palacio nos ha animado mucho… - una de las muchachas cardaba los cabellos de Tsunade como cada mañana, con un peine de plata suave y una refrescante charla mañanera – además, es muy guapo ¿no le parece…?

-Hm…! – a Tsunade se le escapo un sonriente chasquido ante el comentario.

-Lo siento alteza, he sido imprudente…

-No, no para nada, continua…

-Bueno… algunas de las chicas y yo creemos que así debió ser Minato-sama cuando era joven… - la muchachilla dijo aquella frase más con tono de pregunta que de afirmación.

-Si… se parecen mucho… - a Tsunade se le invadió el pecho de nostalgia.

-Bueno, eso lo hace aun mejor ¿no cree?... que podría ser mejor que tener una parte de él devuelta en casa… - A la reina se le paralizó el corazón al escucharla, por un momento había olvidado que Naruto era el fruto del amor de su hijo, era sangre de su sangre, era su nieto… su única familia.

-Majestad… - Ten-Ten llamaba al otro lado de puerta, la cual abría con lentitud – hay alguien que desea verla… - esta miro directo a la reina que esperaba siguiera con su explicación, mas en su lugar se hizo a un lado para dar cabida al mencionado, Naruto… de manera sorpresiva se presentaba ante la reina completamente decidido, limpio, perfumado y vestido con ropas dignas de un rey.

-Pasa… - la joven que le peinaba inmediatamente guardo las alhajas en un cofrecillo y devolvió el peine a su recinto, tomo una capa roja del inmenso armario para ponerla alrededor de los hombros de Tsunade, pues se encontraba únicamente en camisón – gracias. Pueden irse… - las jóvenes se inclinaron levemente y juntas dejaron a los monarcas a solas… - No esperaba que vinieras… - Naruto permaneció callado, estaba nervioso – Debes tener un ciento de preguntas que te gustaría hacer… ¿Por donde te gustarla comenzar? – Naruto aspiro con fuerza.

-Quisiera… saber porqué estoy aquí…

-Excelente pregunta… - Tsunade se levanto de su asiento y acomodo la capa en sus hombros. Ver a su nieto tan galante le hacia de alguna manera mantener la compostura, ahora más que nunca deseaba su aprobación y, porque no,… su cariño – ven conmigo…

Llevo al rubio por un recorrido al palacio, la noche anterior Naruto no había podido apreciarlo con claridad, las paredes ricas de pinturas, los pisos repletos de baldosas decoradas, arcos de medio punto, candelabros, tapices y alfombras árabes, un centenar de cúpulas luminosas y vitrales, el lugar era sencillamente un paraíso. Anduvieron lentamente por los pasillos sin decir palabra, hasta que la reina se detuvo, justo frente a uno de los cuadros más grandes de la estancia.

-Esta pintura, fue hecha el día de mi boda… - Tsunade le sonrió y con calma Naruto se dirigió al cuadro, temía, lo que pudiese encontrar, más se sorprendió con el fino trabajo del cuadro, bellísimo, la reina se veía realmente hermosa junto a… junto a… ¿su abuelo?

-Tu abuelo era un tonto… me conocía muy bien y aun así quería casarse conmigo. – Mientras Tsunade relataba el rubio turnaba miradas del cuadro a la reina y viceversa – Veras, en ese entonces aún estábamos en guerra con el reino de la arena, sus padres había acordado un matrimonio a cambio del cese de hostilidades, pero al parecer interferí… Durante mucho tiempo me sentí culpable del cos resultante de esa beligerancia, sentí que había sido egoísta, pero éramos tan felices… hasta que la misma guerra me lo arrebato… - Tsunade bajo la mirada, dio la espalda, avanzó y se detuvo a unos cuantos pasos – Este…- miro el prominente cuadro – lo mandó a hacer para celebrar la primer década de nuestro hijo, Minato… - Naruto la alcanzó y quedó paralizado al contemplar la pintura, a esta no dejo de verla ni un segundo, era como verse al espejo – Cuanto su padre murió él fue el más afectado, amaba a su padre y verle morir fue quizás lo más doloroso que pudo experimentar… yo,… no pude sanar nunca ese dolor… – Tsunade se mostraba más afectada conforme avanzaba la historia – … no quería ser rey… era muy joven. Intenté aplazarlo tanto como me fue posible, pero… de ser sincera, ansiaba que tomara el trono, ansiaba verle convertirse en el soberano que en algún momento fue su padre, pero al mismo tiempo, temía que también me lo arrebataran… Él era carismático, galante, inteligente,… era todo un caballero. – Tsunade avanzó hasta el siguiente cuadro, en este se mostraba Minato portando la corona… convertido en un rey – Poco después de su coronación las cosas empeoraron… - Naruto le miro con extrema atención - El acuerdo de matrimonio continuaba y él estaba dispuesto, pero en algún momento las cosas se salieron de control. Me dijo en repetidas ocasiones que no se casaría, que había encontrado el amor… yo no quise escuchar, quería que todo terminara y creía que solo así se daría fin a esa espantosa guerra. Había obligado a mi hijo a cumplir la tarea a la que yo me había negado… en algún momento el miedo me segó y le negué a mi hijo su único deseo… así que huyo… se fue de mi vida y me dejo completamente sola… - Tsunade no pudo ocultar su pánico, su dolor, las lagrimas terminaron por vencerla – Yo soy la única culpable de todo… la hija de un conde enamorada de un rey, la mala madre del mejor de los monarcas de nuestro reino… fue mi culpa que no confiará en mi… ni siquiera para presentarme a mi nieto… él te quería lejos de mi vida… y no le culpo… yo… yo… - Naruto no soportó más verle así, se acercó a ella tocando con las yemas de sus dedos las blancas y húmedas mejillas de la reina, le seco con los pulgares y con sublime tacto la halo hacia su cuerpo en un calido abrazo, un reconfortante abrazo…

-Oba-chan… - Tsunade crispó sus ojos al escuchar semejante mote – gracias… Porqué la vida me ha hecho fuerte… he aprendido muchas cosas y he hecho a los mejores amigos del mundo… ¿Qué más puedo pedir?... Ahora tengo una Oba-chan, sin la cual no existiría ¿o no?... gracias Oba-chan… porque no volveré a estar solo. – Se abrazaron con toda la calidez que habían ansiado hacia tanto tiempo… el calor de una familia, no había más.



Permanecieron abrazados largo rato, el abrazo duro tanto que rayaba en lo absurdo, se abrazaron lo suficiente como par no olvidar nunca el aroma el uno del otro, sus brazos se aberraban fuertemente el uno al otro, que en busca de una fuga sus pies se movían solos, dando la apariencia de que bailaban inmersos en calido caudal.



-¡Espere joven! ¡Usted no puede entrar así como así! – solo el mormullo proveniente de uno de los pasillos los separo.

-Tengo asuntos que aclarar con la reina…

-¡Pero ella esta indispuesta!

-Esperare…

-¡No joven…! – el parloteo seso al entrar de lleno en la estancia, eran Sasuke y una mujer madura, perteneciente a la servidumbre, quienes discutían a duro modo hasta topar con la reina y el príncipe – lo-lo siento alteza, se ha escabullido hasta aquí y no he podido detenerlo…

-¿Marqués?

-¿¡Sasuke!?
 

1 comentario :

Sora Tapia dijo...

Naruto es tan lindo >///< el jamas podria odiar a Tsunade, sin duda la perdonara por todo, solo un dia en palacio y ya lo aman jejje
AME A SHIKAMARU!! quien no?? es el unico capaz de abrirle los ojos a Sasuke solo espero el Uchiha capte XD

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