Capítulo 10: La promesa que te hice... cuarta parte


Pasados un par de días, una mañana mientras Deidara inspeccionaba la herida ahora completamente sana de Itachi…

- ¡Cabowm! – una explosión se hizo visible a lo lejos.

- ¡¿Qué ha sido eso?! – Itachi se alteró bruscamente.

- El perímetro… - Deidara miraba fijo el horizonte los residuos del estallido, Itachi le miró incrédulo – seguramente nos siguieron hasta aquí.

- ¡Habla claro!

- Coloqué explosivos alrededor del acantilado, si alguien le cruzaba, moriría – la mirada gélida de Deidara desbordo el enojo de Itachi.

- ¡¿Y si se trataba de alguno de mis hombres?! – repleto de furia cogió a Deidara del cuello.

- No es mi problema – de proponérselo, Deidara podía ser más obstinado que él – además, se supone que son los mejores ¿no? Ya me han derrotado una vez, ¿porque no lo harían de nuevo? O es que ¿no son nada sin ti?

- Pero… - Itachi le soltaba lentamente, no comprendía semejante desplante de arrogancia, su impresión era visible - ¿Qué demonios estás diciendo?

- Digo que… ¡Por mi pueden pudrirse todos esos hijos de puta a quienes llamas “tus hombres”! - Deidara se soltó de jalón del agarre de Itachi - ¡Ninguno de ellos me mostró un poco de clemencia siquiera y mucho menos compasión! ¡¿porqué habría yo de considerarles?! ¿¡Ehh!? ¡Responde! ¿¡Tú lo harías, lo harías?! – la sonrisa apenas perceptible de Itachi le hizo olvidarse de todo reclamo.

- Jmm… ¿Por qué actúas así? – Deidara se sintió descolocado y comenzó a retroceder inertemente, la mirada ardiente y rojiza de Itachi le desnudaba sin consideración alguna – de ser rencoroso ya me habrías matado ¿no crees? – Itachi avanzaba lentamente sobre los pasos de Deidara – Es que no estas resentido conmigo o… - Deidara topo con pared en el último de sus pasos e Itachi se abalanzó sobre el amenazante y lascivo – es que ¿acaso estas celoso? – el último comentario hecho directamente en su rostro hizo que se ruborizara instantáneamente, sudando frio por tan suculenta cercanía.

- Y…yo… - se acallaron todos sus pensamientos, toda escusa ideada desapareció ante el rose de sus labios con los de Itachi – mmm… - comenzó a retorcerse, intentaba liberarse, pero Itachi le sostuvo de las muñecas con fuerza y le acorralo contra la húmeda roca de la greca. El beso no cesaba, se intensificaba, lo dejaba segundo a segundo sin aliento, Deidara desfallecía a cada contacto, intentaba no pensar, intentaba cerrar sus labios, mas a cada intento Itachi adentraba su lengua tanto, que le hacía gemir de la impresión – hmmm… mm - quería gritar “¡Itachi, Itachi, detente, no respiro!” pero cada intento era remplazado por el sabor de la saliva de su rival, la presión de sus manos, su cercanía, su calor. Sin percatarse, casi sin ser consciente de ello, dejo de oponer resistencia y en su mente solo un pensamiento “¿Por qué?... ¿Por qué no siento asco?”.

(¡¡Crashss!!) Otro impacto los separo, esta vez la explosión fue más cercana… Deidara tomo aire profundamente, creyó desmayarse asfixiado.

- ¡Maldita sea Itachi, si vuelves a hacer algo como eso te…! – Itachi le calló con un par de dedos sobre sus labios.

- ¿Me qué? – La mirada de Itachi habría derretido un eisberg, tal era su fulgor que lo dejo sin fuerzas - ¿Seguirás portándote como un niño? O ¿me harás el favor completo?

- ¡De qué demonios…!

- Necesito regresar al campamento… - le soltó y se alejó de él lentamente para vestirse, pues se hallaba solo en pantalones.

- ¿¡Para qué!?

- ¿Me ayudaras? O ¿cuestionaras todo lo que diga?

- ¡Obviamente te cuestionare en todo! – Deidara parecía mamá desubicada de un adolescente rebelde – pero… ¡No pienso dejarte solo! – Itachi sintió un vuelco enorme en su pecho, fue como un latido inmenso, como una punzada penetrante, sumamente profunda pero indolora y cálida, muy cálida.

- Entonces…

- ¡Por supuesto que te ayudare! ¡Después de todo el trabajo que me costó curarte no dejare que te hieran tan fácilmente! ¡valora mi labor aunque sea un poco! ¡Malagradecido…! – Deidara salió de la greca “sumamente enfadado”, Itachi no lo miraba, pero escuchaba sus reclamos alejarse, no entendía semejante conmoción, pues le embriagaban las ganas de reír.


Camino al campamento no hallaron rastros del enemigo, sin embargo a su llegada…

- ¡Maldita sea! – El campamento estaba completamente destruido, no quedaba una sola carpa de pie, de ellas solo había cenizas regadas.

- Itachi… - Deidara no pudo evitar sentirse culpable, en la mirada de Itachi vio tanto dolor, dolor que no pudo siquiera imaginar y culpa, una culpa indescriptible e inmerecida, pues el único culpable era él.

- ¡Ha!... Hajajajajajaja…

- ¿Itachi? – La risa tan repentina de Itachi le asustó tanto, que casi se cae de bruces.

- ¡Ese maldito! Hm…

- ¿Eh?

- Kisame… mi mano derecha… ese bastardo.

- E… explícate.

- ¡Mira a tu alrededor! ¿Notas algo?

- Mmm… desastre, eso es lo que veo.

- No… más bien ¿Qué no vez?

- Mmmm… - como si un brillo impredecible le hubiese iluminado - ¡Cuerpos! ¿¡En donde están los muertos!? Y… ¡Sangre! ¡Itachi aquí no hay sangre!

- ¡Exacto! Los malditos se marcharon sin mí…

- Habrán creído que falleciste.

- Tomando en cuenta la última batalla, es lo más probable.

- ¿Qué harás ahora?

- Buscarlos... – Un descomunal escándalo procedente de milicia y caballería acercándose, los obligó a esconderse entre los arbustos y maleza.

- ¿Quiénes son?

- No lo se… pero no son amistosos – no eran mas que una guarnición de bárbaros enemigos que recorrían la zona en busca de sobrevivientes. Fue entonces que Deidara se percató de su situación, tenia prácticamente a Itachi montado en su espalda, los dos, boca abajo sobre el piso mirando tras un helecho. Su corazón se aceleró al tope, sus mejillas se enrojecieron y cada movimiento producido por Itachi, como su respiración, eran percibidos por él fácilmente. En la situación en la que estaban, no podía aventarle lejos o gritarle, solo le quedaba tratar de distraerse o concentrarse en otra cosa que no fuera el robusto cuerpo de Itachi sobre él, pero parecía no tener éxito, a cada momento el rubor era mas intenso. Entonces sucedió, en un intento por mirar mejor a través del helecho Itachi se echo hacia delante sin ser consciente de que con este acto, rozaría una parte sumamente sensible del rubio.

- ¡Haa! – Deidara no aguanto más… en medio de sus vacilaciones y sus pensamientos lascivos, no atinó a callar las reacciones involuntarias de su cuerpo y con ello ocasionó… que les descubrieran.

- ¡Maldita sea! ¿¡Qué demonios sucede contigo!? – Al ser descubiertos salieron corriendo a cuanto podían por el bosque.

- ¡¿Conmigo?! ¡Todo esto es tú culpa! ¡¿En que pensabas montándoteme como un perro!?

- ¡¿Pero de que demonios estas hablando?! ¡¿En que carajo pensabas?!

- ¡No es momento para eso! ¡Por si no lo has notado… nos persigue la caballería entera! - perseguidos por caballos y arduos jinetes sus posibilidades eran pocas, más aún así corrían imparables.

- ¡Maldición, Dei! ¡Sin nos atrapan será el fin! ¡No hay forma de que podamos vencerles, son demasiados! – Deidara miró hacia todas direcciones.

- ¡Tengo una idea! ¡Sígueme! – Viraron y viraron a través del bosque entorpeciendo a sus rivales hasta topar con un acantilado.

- ¡Maldición y ¿Ahora que?! – Apenas fueron concientes del acantilado a la distancia Itachi entro en pánico, pues la infantería les seguía muy de cerca.

- ¡Escucha! ¡Tendrás que confiar en mi… – Itachi y Dei se miraron en medio de la carrera, no había duda de que le confiaría su vida, de ser necesario – al llegar a la punta del acantilado! ¡Salta! – Itachi no cuestionó en absoluto esa petición, pese a tener sus dudas, elegía confiar en él y eso hizo. Apenas tocaron la punta del acantilado, ambos saltaron tan lejos como les fue posible y… ¡¡CABOMW!!

- ¡¡Iiiiiiijaaaaaaaaaaa!! – bajo el acantilado se encontraba el ojo de agua que alimentaba el rió, a su costado una impresionante cascada acompañada del verde selva tan característico de los nichos de agua. Cayeron a no mas de diez metros sobre el agua, sanos y salvos - ¡Siempre quise hacer eso! – Deidara estaba tan extasiado, apenas si podía ver los restos de la explosión, pues su cabello escurrido en agua le cubría casi toda la cara y aun así no opacaba su enorme sonrisa.

- ¿¡Como diablos lo hiciste!? – Itachi quien parecía un manojo de cabellos obscuros brillante que a duras penas se mantenía a flote, estaba impactado por lo sucedido, aún no lo podía creer.

- Jaja… no fue tan difícil, solo colocas una porción mayor de polvo y… - y no pudo continuar su explicación pues los labios de Itachi le hicieron presa de un ardiente beso, al cual Deidara no puso oposición alguna, al contrario, se abraso a Itachi e intentó desesperadamente profundizar el beso. Tanto éxtasis acumulado le hacia perder la cabeza – mmm… Itachi… - las manos de Itachi se movían hábiles bajo el agua, posesionándose entre los glúteos del rubio, quien gemía de éxtasis incontroladamente – mmm… - otro beso, otra caricia, otro gemido ahogado, cada vez más y más profundo.

- Mmm… haa… Deidara – Itachi se coló fácilmente entre las ropas del rubio y comenzó acariciando los pezones de este, quien reaccionaba al más leve roce con un gemido, con una convulsión acompañada de un exquisito sonrojo.

- Mmm…. Ma…. Ha… ha... Itachi… mmm… no… no… de..detente – sus reacciones le excitaban tanto, que no pararía, no ahora – ¡haa! – Itachi alcanzó el miembro del rubio, el simple contacto de su carne y su piel convulsionaron a Deidara de una forma que no habrían imaginado jamás - ¡Haa! ¡Detente! ¡Basta! ¡Ya! ¡Ya!... ¡Haa! ¡Déjame! ¡Déjame! ¡DEJAME! – en un arranque inconsciente de Deidara, se había abalanzado tan lejos como le fue posible de Itachi golpeándolo a su paso, sus miradas se cruzaron, confundidas, extraviadas, anhelantes… arrepentidas.

- Dei… lo… lo siento - ¿una disculpa? ¿Uchiha se disculpaba? No podía creerlo, el que debía disculparse era él, no Itachi, pues sin quererlo había arruinado el momento más excitante de su vida.

- No… no fue tu culpa – con gran decepción se hizo hasta la orilla del manantial y salio del agua escurriendo, con la ropa holgada y la mirada caída. Su semblante no hacia más que intrigar a Itachi.
 

4 comentarios :

☠ღMimiღ☠ dijo...

comenzare a comentar todos los capítulos =) tengo de reto leer hasta el cap 20 el día de hoy...o mejor dicho de mañana Jajajaja. Excelente.

Anónimo dijo...

Te aseguro que no solo Itachi está intrigado con ésto...hahahah será que porque es doncel y podría quedar en estado? Que habrá acontecido con la tropa de Itachi?
Nadywing

Sandy Namikaze dijo...

A mi como que hay gato encerrado jum
¿En verdad la tropa de Itachi habra caido?
Leere el siguiente para enterarmeee

Sora Tapia dijo...

Que rayos, Se tuvo que parar todo en la mejor parte -pervertida XD-
Admito a Dei cada vez mas. La tropa lo dejo jajaja!!! se nota que lo quieren tanto XD
saludos ^^

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