Capítulo 23: La deshonrra Uchiha

-Hey chicos… ¿Qué hay? – Shikamaru alcanzaba a sus colegas a altas horas de la mañana en la guardia matinal.

-¿No deberías estar haciéndole de vigía?

-No ocurrirá nada, de cualquier forma hay soldados en las almenas. No pasara nada si abandono mi puesto…

-¿Te aburriste no?

-No, pero sentía curiosidad…

-¿De qué?

-De ver cómo serían reprendidos por llegar tarde a la guarda del príncipe.

-¿Cómo supiste que llegamos tarde?

-Mmm… no fue difícil. Tú estás cubierto de pelo, es decir que te entretuviste con Akamaru esta mañana y Choji tuvo tiempo suficiente como para empaquetarse comida suficiente para un regimiento.

-No se te va una…

-¿Naruto aún no se levanta? – dirigiéndose ahora hacia la puerta del aposento que yacía a espaldas de sus colegas.

-Bueno, de hecho, el llego antes que nosotros…

-Cuando nos dimos cuenta ya estaba fuera de sus aposentos…

-… - Shikamaru permaneció pensativo unos instantes - ¿Han visto a Sasuke?

-No, ¿Por qué?

-¿Está aquí?

-Curiosidad… ¿No ha salido desde entonces? – haciendo referencia a Naruto quien se encontraba al otro lado de la puerta, sumergido en el centro de tan inmensa morada.

-No, ni siquiera ha hecho ruido…

Sorpresivamente para todos, el vigía interino dio un paso impreciso hacia la puerta y con calma golpeó con sus nudillos sobre la tersa madera.

[Toc Toc]

-Naruto… ¿Está todo bien?

El rubio que aún yacía recostado en su lecho completamente inerte, reaccionó carente de emoción, el llanto del que había sido víctima le había dejado sin fuerzas, y ahora sumamente tranquilo escuchaba aturdido sonidos que en primer instancia le eran imposibles de descifrar.

[Toc Toc]

Al no obtener respuesta, quienes en su lugar conmocionaban eran sus amigos y ahora guardias, detenidos por las densas paredes que les impedían verle.

[Toc Toc]

-¡Naruto! ¡Naruto! ¡Respóndeme! – Shikamaru estaba al borde de un colapso nervioso, así que gobernado por la impotencia comenzó a forcejear con la puerta… hasta que esta… cedió. La puerta no tenía cerrojo.

Sin mayor preámbulo y sin siquiera detenerse a pensar en la estupidez de sus actos, se abrió rápidamente paso hacia el monarca, a quien visualizó al instante en el que abrió las puertas. Se detuvo a un paso del camastro…

-Naruto,… por poco haces que el corazón saltara de entre mis costillas… - el rubio ni siquiera le miraba. – “Que problemático… escuincle” ¿Te encuentras bien?

-¿He? – por fin resaltaba de entre sus pupilas un destello de vida, solo un pequeño resplandor que se extinguió en mucho menos de un segundo - … si…

Era como si el que respondiera fuese una parte de su inconsciencia, pues en apariencia él aún vagaba perdido en algún extraño pensamiento.

-Muchachos… - Shikamaru viro hacia sus colegas de manera amistosa, y de igual forma les pidió - ¿Podrían dejarnos solos?

Era esta, de entre todas las peticiones que en su vida hubiese hecho, la más absurda. Sin embargo, tanto Kiba como Choji no se opusieron, y cómplices hicieron mudas las paredes y cerraron ambas puertas…

-Sasuke… - Inconscientemente, tal cual como lo era su estado, el rubio príncipe se irguió un tanto al escuchar ese nombre. Sus ojos suplicantes se posaron sobre el guardia, ansiosos de saber más de…  - Sasuke… ¿Es él la razón de tu desdén?

¿Qué era esto? ¿Qué significaba? ¿Era posible combinar dichas palabras? y juntas ¿tenían significado?

Shikamaru, rendido de semejante enredo emocional tomo asiento a un lado de su desdeñoso amigo, su inexperto gobernante, amo y señor.

-Escucha con atención Naruto… - el rubio le miro ansioso – existe un nombre para la enfermedad que padeces… - ahora sí los ojos del monarca parecieron desbordarse de sus cuencas.

-¿Estoy enfermo?

-Si, lo estas… y me temo que gravemente.

-¿Pero cómo?

-No lo sé, solo pasa…

-Pero, yo... no me siento enfermo.

-¿A no? Y ¿Qué me dices de todo aquello que ahora sufres…? No tiene explicación ¿o sí?

-… - conmocionado e inundado por la intriga el rubiales se dejo convencer por este extraño padecer - ¡¿Qué es lo que tengo?!

Embriagado por la ingenuidad e inocencia de su ahora señor, Shikamaru dejo escapar su sonrisa y lento cual mar en calma se inclino hacia el soberano y le dijo…

-Naruto… estas enfermo… de amor.

 


A la distancia, justo en el lugar en el cual descansan las montañas, decoradas cual blanquecina harina, privadas de sus implacables huéspedes, y del sol del medio día. Se hacían tras la hierba y el polvo los caminos de la ciudad, derretidos cual hielo seco, sobajados por la densidad de la niebla.


Era ya el punto para la noche en el momento en el que el heredero Uchiha tornó hacia a su morada. El camino, cual fría belleza, le había permitido a plenitud el reencuentro con sus memorias, le hizo durante todo el trayecto un millar de preguntas, en su mayoría sin respuesta, salvo cuando se tratase de su deseo, he aquí el hecho de que el Uchiha solo a una contesto.
     “¿Quién es ese a quien amas Sasuke?”
     “Naruto… mi señor.”

Al final del camino se reencontró con todo cuento le era familiar, desencajado pues de su contexto y su fatídica realidad.


-¡Joven Sasuke-sama, al fin ha vuelto! – Sasuke descendió ágilmente del caballo.

-Aliméntalo y llévale al corral, - entregando al lacayo las riendas de Chidori - asegúrate de que beba primero.

-A la orden, señor. – el plebeyo hizo una leve reverencia para después partir a su deber, dejando a Sasuke enfrentarse sólo con las puertas de “su” mansión. Sin embargo… una vez que hubo entrado…

-¡Sasuke!

-¿Sa… ¡¿Sakura?! – mucho antes de que pudiese dar cuenta de ello, una grácil figura recubierta de encajes rosados ya hacia prendida a su cuello.

La muchacha, embarnecida, retiro su rostro del pecho para dar la cara al sujeto de su amor.

-Hola Sasuke…

-¿Qué estás haciendo aquí?

-La señorita, al igual que sus padres, ha quedado inconforme debido a tu ausencia y a nuestro inapropiado retiro… - Fugaku, el padre de Sasuke, había estado haciendo conversación con la joven poco antes de que el heredero arribara – así que, justamente han decidido visitarnos. - Sasuke zafó con lentitud las manos de la joven del rededor de su cuello, y sin mayor mímica partió de lado hacia las escaleras (directo a su alcoba) – ¡Sasuke! – viro entonces el moreno hacia su padre – Los señores Haruno te han estado esperando, quieren hablar contigo antes de la boda, están muy interesados en la felicidad de su hija. Cenaran con nosotros esta noche… - El joven continuo su camino dando la espalda.

-No es un buen momento…

-¡Te equivocas! – se encararon nuevamente – no hay mejor momento, que este…





Pasaron unos minutos, y la ágil mente de Shikamaru aún no atinaba una forma de explicar los sentimientos del rubio sin que este se retorciera a carcajadas, o adjudicara a la broma todo intento del guardián.

-Entonces es… A4 caballo?

-No… - arto de las burlas y el sarcasmo del monarca, así como de su inhumana ingenuidad, decidió aclarar su mente y disminuir su estrés dando rienda a una justa de ajedrez. Sentados en la mesa del té, aún lado del armario, soldado y monarca comenzaron la contienda, sin embargo, el humor de Shikamaru empeoraba a cada mal paso del rubio con las fichas del tablero.

-Mmmm… que tal F6 torre? – moviendo animosamente la pieza.

-Hake-mate… - No era que Naruto fuera tonto, era solo que nunca había jugado el juego y aunque conociese las reglas, no parecía poder aplicarlas a conciencia.

-¡No es justo! ¡Es un juego tonto!

-Claro que no… tu mejor que nadie debe aprenderlo, el ajedrez no debe ser para ti un juego.

-…?? –

-Imagina; que estas piezas… - tomando los peones negros (de Naruto) – son cada uno de los lacayos de “tu” reino… - Naruto comenzó a prestar atención con los brazos cruzados y desapareciendo al instante de su rostro los pucheros – estos… - tomando un arfil – son mis compañeros, Kiba – le coloca a un lado y toma otro –…Choji… - le coloca junto al anterior. Toma la torre… - este… es Sai… - coloca la pieza junto a las otras, toma la otra torre – este, es Neji… -  toma entonces un caballo – y este, soy yo… - termino con el caballo y se dirigió con lentitud hacia la reina. La tomo y la hiso en el aire - … esta, esta es Tsunade-sama… la reina. – Naruto se mostró algo conmocionado, incluso la ansiedad le separo las manos… - y tu Naruto… - Naruto se inclino sobre el tablero, pues en él solo quedaban un caballo y el rey - …tu eres el rey. – Shikamaru no se atrevió a tocar la pieza, ver la impresión de Naruto le bastaba, el joven estaba aturdido. Naruto no había comprendido hasta entonces su posición, este simple juego le abría las puertas de una manera austera y tremendamente fuerte. - ¿Lo entiendes verdad?... Todo miembro de este reino estará dispuesto a dar la vida por ti. - paso su mano sobre todas las piezas que yacían fuera del tablero, poniendo énfasis con sus dedos en la reina.

-Pero… - El rubio se rehusaba a este insensato pero real descubrimiento - ¿Quién es el caballo que falta?

-¡Ha!, ese caballo… bueno. Con el tiempo, te darás cuenta de cuan útiles y volubles son los caballos. Pueden darte el triunfo en la contienda o dar pasos fallidos cruciales para tu derrota. Naruto, yo soy uno de tus caballos, sin embargo, ya he hecho mis votos, he jurado dar mi vida por protegerte. Yo intentaré traer la victoria a tu reino… pero, tu otro caballo, aún está en la cuerda floja.

-¿Por qué?

-Por su orgullo y su desgracia…

-¿¡Quién es el otro caballo!? – el príncipe comenzaba a fastidiarse de tan redundante juego de palabras.

-Sasuke…

Era tonto, pero atinado. Sasuke era voluble y nunca le juraría lealtad, no después de todo cuanto habían pasado. No pensó, hasta en ese momento, que Sasuke era uno de los militares más destacados del reino entero, he ahí su admiración hacia él y las ganas de igualarle. Este juego era en sumo desagradable.

-Sasuke no me juraría lealtad… - el rostro del joven príncipe se entristeció de inmediato. Tomo entre sus dedos, con suma decadencia, al caballo negro, le observó, y en sus adentros se formuló una sonrisa; pues la pieza se parecía a Sasuke. 

-Te equivocas, de proponérselo; no encontraras caballero más fiel en todo el reino, que Sasuke.

-Pero, él me odio… - otra vez la burra al trigo, por más que lo imaginaba, Shikamaru no entendía el afán de los enamorados por confundir el amor con el odio.

-Si al Uchiha le fuese posible odiarte, con gusto sería voluntario en la orca… Sasuke no te odia, y no importa lo que hagas o quien seas, jamás lo haría.

-¿Por qué estas tan seguro?

-Digamos que es un caso general… no hay ser en este mundo capaz de odiarte Naruto. No te empeñes en creer lo contrario. – Esto, es lo más bello que el rubio había escuchado después de la confesión de Sasuke – Debes ganarte la lealtad de este caballo… eso definirá el resultado del juego.

Naruto dedicó a Shikamaru una sonrisa y acorralo contra su pecho la pieza de ajedrez. La misma que conservaría en un bolsillo cual amuleto hasta el final de sus días.



-No es hermoso… Hacer formal nuestro compromiso con la primer nevada de invierno… - Sakura contemplaba el resplandor de los copos de nieve, en contraste con la oscura noche, desde el inmenso ventanal de la alcoba de Sasuke.

La cena de “compromiso” había terminado extremadamente silenciosa. Sasuke no había tenido intención de tratar con sus “futuros parientes”, sin embargo, le fue imposible zafarse debido a las insistencias de su padre. Los Haruno no eran personas agradables, eran en extremo comunes, y sus intereses rayaban en la mediocridad y lo cotidiano, no había más que habladurías e sus bocas.

Se había dado la noche y se mantenían presentes, como moscas rodantes y escurridizas. Mientras la hija se pavoneaba junto al joven marqués, retacando cualquier platica con comentarios sinuosos y en sumo desagradables: “No estoy segura de que sea lo más adecuado mantener mi nombre de soltera, pues, Sakura Uchiha no suena del todo mal ¿O sí? ¿Qué opinas Sasuke?...” “Jajaja… ahora deberán llamarme ‘Señora de Uchiha’” y “Uchiha esto, Uchiha aquello…” Sasuke tuvo que presionar su estomago para no devolverlo con semejante mareo.

Ahora en su alcoba las cosas no eran del todo diferentes. Estaba oscuro, y dando la espalda a su enjoyada prometida, en lo único que pensaba eran en el rubio, en “su” rubio. Se maldijo toda la velada, un millar de veces por no haberle acorralado, por no haberse atrevido a besarlo, por no aclararle todo cuanto acontecía, todo cuanto sentía, todo cuanto le amaba. Sin embargo, aún recorría en sus venas el dolor, el odio y el desapego, estaba furioso con él por rechazarle, por tratarle como a un perro… Sabía que ahora más que nunca le entendía, lo desagradable de su posición. Pero entonces, ¿Qué era de su amor?

Arto de tanto pensar, se puso de pie (pues había permanecido sentado en su cama) y a paso firme se colocó tras su pelirosa prometida. Esta al sentirle cerca viro el rostro, enrojeciéndose al instante por su cercanía. El moreno le sostuvo del mentón e inclinándose levemente aprensó sus labios. La muchacha no se resistió a la caricia y complacida se asió a su cuerpo con toda la extensión de sus brazos. Sasuke la tomó por la cintura, encaminándola hacia la cama, y cuando por fin la hubo recostado… alejo su cuerpo de la joven, contemplándola. Más algo no cuadraba, era su cabello largo y rosado, sus faldas, sus pechos, sus ojos verdes cual esmeralda, su piel clara… ¿Qué demonios era lo que tanto le desagradaba?... ¡No era Naruto! No era su piel bronceada y tersa como el durazno, ni sus ojos iris como el mar, no era su cabello un remedo del sol; ni su rostro el de un ángel.

-Se amable… - tampoco era sublime cual más selecta nobleza.

Sasuke colerizaba ¿Qué maldición le adjudicaban? ¿Quién era Naruto para provocarle semejante impotencia?, semejante ardor…

Armado de furia y coraje, arremetió contra la doncella, haciendo en un arranque añicos su vestido.

-¡Haaa! - La joven aterrada por las dilatadas y rojas pupilas de su prometido y la descomunal fuerza con la que destrozó su vestimenta, dejo escapar un agudo quejido - ¡¿Qué te pasa Sasuke?! ¡Sasuke! – las lagrimas ya cernían sus ojos y al dar cuenta Sasuke de su injustificado enojo, la tomo fuertemente de los brazos irguiéndola, obligándola a mirarlo a la cara.

-¡Nunca… - sacudiéndola levemente – nunca esperes amabilidad de mí! ¿¡Entiendes!? ¡¿Entiendes?! – la muchacha descolocada, únicamente pudo asentir con la sien.

(Chras) Se abrió la puerta de la habitación fuertemente, azotando a su paso.

-¡¿Qué sucede aquí?! – alertados por los gritos de la doncella, tanto los Haruno, como los Uchiha, prácticamente corrieron a la habitación. Y al entrar, lo que vieron, les pareció repugnante. Los Haruno se indignaron inmediatamente, el padre de Sakura se encamino hacia y ella y esta zafándose del agarre de Sasuke corrió a sus brazos, estaba asustada, nunca había visto así al Uchiha, era monstruoso, era aterrador.

-¡Esto es inaudito! – los Haruno una vez que tuvieron a su hija en brazos… - ¡Ya rendiremos cuentas de esto “Marqués”! ¡Tenga por seguro que sabrá de mí! – se marcharon.

-¡Sasuke! ¡¿Qué significa esto?!

-¡No voy a casarme!

-¡No es tu decisión!

-¡Lo es! ¡Me rehusó a desposar a cualquiera a quien elijas…!

-¡Ahora no hay remedio, deshonraste a esa niña!

-¡No le he hecho nada!

-¡No es lo que parece! ¡Los Haruno se lo harán saber al reino entero…!

-¡A quién le importa!

-¡Es la indignación de tu familia…! – Sasuke se acerco a su padre, aparentemente con intención de golpearle, sin embargo, contuvo el aire y se detuvo mirándole con verdadero odio.

-¡No es mi problema…!

-¿¡A dónde vas…!?

-¡Ese no es tú problema…!

Sasuke abandonó la mansión Uchiha esa noche… solo quedaron sus padres; Fugaku con la cólera de un animal rabioso y Mikoto, hundida en el más profundo de sus lamentos, estaba cansada de discusiones, de tantos enfrentamientos. Había perdido a un hijo, y estaba a punto de perder al único que le quedaba.
 

3 comentarios :

Anónimo dijo...

AYYY DIOS! Sasuke qué hiciste! casi rompo el estrepitoso llanto! Sasuke lo has arruinado todo! SAKURA IDIOTA PARA ESTAR ASÍ, EN LA HABITACIÓN DE UN VARÓN! AÚN SI ÉSTE ES SU PROMETIDO! Como fue que pasó ésto????kcdkcndskncñds
Bueno, la plática de Shikamaru y Naruto me encantó...al fin le comparan con un caballo negro y no con un gato...por Dios es la mejor que han hecho...bravo, leal, intempestivo, noble, sublime en su belleza y fuerza...
Cuando dijiste eso de que a esa pieza la llevaría por el resto de sus días cual si fuera un amuleto...me pensar en un final feliz...estoy tan preocupada con lo que va a pasar y más ahora con éste absurdo de los Haruno...Dios que desgracia es su existencia en los fics donde el honor proveniente de la virginidad son tan importantes. Me apena Sakura en verdad, estaba muy asustada de Sasuke, ella no tiene parte en sus conflictos internos ni forma de enterarse...lo amaba, le gustaba, lo deseaba...cualquiera fueran sus sentimientos eran puros e inocentes...ella al igual que él había sido criada de tal forma a tener que aceptar un casamiento a conveniencia...debió sentirse afortunada de que aconteciese esto...pero no sabia lo que le esperaba...pobre...y ahora aunque no quisiese casarse con Sasuke le obligarán...
Nadywing

Unknown dijo...

jajaj por boba le paso eso a sakura XD , ojala sasuke si se valla y no regrese , se que ira al reino .3.
ojala no lo obliguen a casarse con sakura , y sasuke si se aleje de su familia

Sora Tapia dijo...

Al fin alguien le dice a Naruto lo obvio ¬¬*, no es posible que tardara tanto, te amo Shikamaru XD
Pobre Sakura, mal momento y mal lugar
Sasuke tonto, solo sabe hacer mas grande su problema ¬¬
me encanto la analogia del ajedrez >////////<

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